jueves, 10 de octubre de 2013

Dibuja algo con el dedo sobre el polvo.

Dibuja algo con el dedo sobre el polvo.
Las paredes son blancas, pero las esquinas humedecen
y el olor a cerrado es como cobijarse.

Y el olor a cerrado es como cobijarse
y una extraña bruma nos transporta lentamente
susurrando una música amable que nos adormece.

Susurrando una música amable que nos adormece
los cajones rebosan papeles
y no hay manera de poner orden.

Los cajones están llenos de papeles
y el sillón, tan cómodo, ahora parece viejo
y desde la ventana se ve a los niños jugando en el parque.

Y vemos a los niños jugando en un jardín
y uno no sabe a qué atenerse, porque es imposible
adivinar si es un recuerdo o qué es eso.




La imagen:

Es curioso porque veo a Luís Cernuda viviendo en una mansión en lo alto de una montaña en una Inglaterra que no existe, rodeada de montañas, lagos, bosques y cascadas. Y es Luís Cernuda fumando una pipa mirando aburrido por la ventana. Va vestido con un albornoz color pastel. Y no sé si esta escena existe en alguna fotografía del escritor sevillano o la describe en alguno de sus poemas. Lo cierto es que mira desde el cristal y no se atreve a salir al balcón. Mira el mundo a través de un cristal que al mismo tiempo le refleja. Se ve a sí mismo medio transparente y gigante sobre el relajante paisaje. Y no se sabe si mira el paisaje o su reflejo porque lo que ve son una serie de imágenes idílicas muy alejadas de sí mismo.


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