martes, 7 de enero de 2014

La zona muerta. Fragmento V.



Una bolsa de carbón y mercurio.
Y fragmentos de piel o pelo
del hombre, la mujer o el animal
que quieres duplicar.
Un proceso importante de la alquimia.
Le ofrecí mis manos abiertas.
Le conté algo triste
y vergonzoso de mi vida
y ella puso sus manos
delicadamente sobre mis manos,
solo porque mis manos abiertas
la obligaban a estrechármelas.
Pero me escondía los ojos
y yo no la soltaba.
Evidentemente es un proceso simbólico.
Intentaba escaparse
como una pantera salvaje.
No es oro lo que busca el alquimista.
No es solamente un simple doble.
Es el guardián de un secreto
y la receta y el ritual
son, también, un proceso igualmente soñado.
Debe llevarlo a cabo
una mujer no demasiado joven,
aunque lo haga de manera inconsciente,
(también a algunos hombres les está permitido)
al comenzar la primavera.
Debe irse a un terreno
libre de civilización.
Luego debe regresar con los suyos
como si no hubiera ocurrido nada,
sobrellevando  el peso de la carga,
porque nadie puede enterarse...



La represión del material secreto que va acompañado de sentimientos de vergüenza, temor, cólera, remordimiento o humillación oblitera totalmente todas las restantes partes del inconsciente que se encuentran situadas en proximidad del secreto. Es como si se inyectara, por ejemplo, una sustancia anestésica en el tobillo de una persona para llevar a cabo una intervención quirúrgica. Buena parte de la pierna por encima y por debajo del tobillo sufrirá también los efectos de la anestesia y se volverá insensible. Éste es el efecto de los secretos en la psique. Es como un constante gota a gota de anestesia que insensibiliza no sólo la zona afectada sino también la amplia zona que la rodea.











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