martes, 5 de noviembre de 2013

El sacerdote escaló la piedra y nuestros corazones latieron intranquilos.



Debía subirse el vestido
para correr por la playa
y se la veía perdida en un laberinto
de formas, texturas y colores.
Igual que el glaciar avanza
ignorando la historia
de sus dramas y contradicciones,
intercambiaba, celosa,
bisutería en el mercado.


Casi escritura mecánica si no hubiera una idea principal: "la historia de sus dramas y contradicciones". 

"Debía subirse el vestido", es una mujer de quien hablamos, pero quizás eso no importe demasiado. Puede que solamente sea un reflejo de algo para ofrecer la imagen de una persona intuitiva, más abierta a ciertas correspondencias, pero al mismo tiempo, también más vulnerable. El vestido es algo incómodo pero a veces es un mal necesario. Es algo impuesto por ella misma. Debe subírselo si quiere o no. Puede quitárselo o dejárselo puesto.  

"Para correr por la playa". Porque si no es una playa, es en un desierto donde se encuentra. No físicamente, por supuesto. Es un lugar agradable. En la playa no hay nada humano. Nada que la vigile ni la perturbe, ni nada que la seduzca. Puede correr o jugar si quiere.

"Y se la veía perdida en un laberinto", porque a lo mejor no estaba "físicamente" en esa playa. Otros podían verla en otro lugar, por lo que no es "como se ve a sí misma". Puede significar que positivamente se encontraba en otro lado donde otra gente la veía como un problema: "perdida en un laberinto". El laberinto en el que ella se encuentra, evidentemente símboliza  cierto malestar. Aquí puede darse un curioso paralelismo: en ella, como hemos visto, el laberinto es físico, la playa metal. En los otros, podría ser igual aunque ellos piensen que es al revés: el laberinto es la playa y la playa el laberinto. Aunque no lo sepan y no quieran saberlo. 

"De formas texturas y colores". Las grandes ciudades están llenas de todo esto, también un bosque o la selva. Pero hay una diferencia entre estos dos tipos de formas, texturas y colores.

"Igual que el glaciar avanza" lentamente, pero irremisiblemente

"Ignorando la historia de sus dramas y contradicciones". Lo veían los demás por sus señales externas y ella misma lo percibe de algún modo aunque no pueda verbalizarlo.  

"Intercambiaba celosa bisutería en el mercado". Se continúa cometiendo ciertos errores, a pesar de saber que son errores, a veces simplemente por rutina, por inercia o por cierta complacencia en el desastre, como una adicción.  


El sacerdote escaló la piedra y nuestros corazones latieron intranquilos. Poema de Isolagnosis, Ediciones en Huida 2013.









No hay comentarios:

Publicar un comentario